viernes, 25 de noviembre de 2011

LO QUE DEBERÍA SER LA NAVIDAD PARA UN CRISTIANO

Llega la navidad,, los arbolitos son adornados con luces y guirnaldas, las calles lucen hermosas engalanadas con llamativos espectáculos luminosos, la gente hace los preparativos para que todo esté listo en la "nochebuena" y los centros comerciales rebosan de personas que compran juguetes, ropa, aguinaldos y muchas cosas mas, todo por una razón:  HA LLEGADO LA NAVIDAD!!
No hay duda alguna de que es la fecha mas importante y esperada del año; la navidad es sinónimo de alegría, encuentros familiares, regalos, comidas especiales, ropa nueva, Santa Clauss, arbolitos, música etc, etc.
 Irónicamente, aquel que inspiró la celebración de esta grata fecha, el que debería ser el centro de atracción, al que se le debería rendir todos los homenajes, es el último en ser recordado y, en la mayoría de los casos, ni siquiera tiene un lugar en medio de tanta fiesta, algarabía y felicidad: Cristo Jesús.
Para muchos cristianos la navidad es una fiesta pagana similar que no debería ser celebrada, y si bien tienen algo de razón en ello, tampoco hay razón por la cual sea indebido o hasta pecado celebrar esta fecha.


El origen de la "natividad" o navidad tuvo su origen en la idea de que, según la tradición, Jesús nació un 25 de diciembre. Se remonta al año 354 d.C cuando el  Obispo Liberio de Roma, en un intento por acabar con el paganismo y la adoración al dios Saturno en este día "festivo" (25 de diciembre), escogió  dicha fecha como recordativo del nacimiento de Cristo. La intención de Liberio fue contrarrestar la tradición pagana del pueblo romano y "cristianizar" esta fecha importante para ellos. Fue así como el mundo presenció el inicio de lo que sería la fiesta más popular del mundo.


Pero con el paso del tiempo, otras culturas como los griegos, anglosajones y escandinavos fueron introduciendo tradiciones que nada tenían que ver con la verdadera esencia de la navidad, como por ejemplo el famosísimo Santa Claus o San Nicolás, personaje inspirado en la historia de un Obispo cristiano de origen Turco que vivió en el siglo IV en los valles de Licia en Anatolia (la actual Turquía). Cuenta la historia que San Nicolás fue un hombre muy bondadoso, el cual ayudaba a los pobres y regalaba juguetes a los niños gracias a la fortuna que le dejaron sus padres los cuales murieron a causa de una peste. 
Pero el Santa Claus que todos conocemos, el viejito de barbas blancas vestido de rojo y blanco y que ronda el mundo en nochebuena montado en su carruaje tirado por renos del polo norte,  no nació sino hasta comienzos del siglo XV cuando los inmigrantes holandeses trajeron esta leyenda a Nueva York donde se le introdujeron nuevas tradiciones y con el paso del tiempo se convirtió en el símbolo mundial de la navidad.
Otras tradiciones como los aguinaldos, las típicas luces navideñas, la cena de nochebuena y los arbolitos fueron introducidas con el paso del tiempo e influenciadas por la creciente ola comercial experimentada a comienzos del siglo XX.


Como cristianos, debemos tomar ésta época especial para recordar el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo, no debemos considerar a la navidad como una fecha pagana o nada por el estilo pues es una hermosa oportunidad para celebrar el mayor milagro que Dios pudo obrar a favor de la humanidad. Si bien, el mundo se enfoca en las fiestas, la diversión y el derroche de lujo, como hijos de Dios debemos abstenernos de todo esto y hacer de la navidad una época de regocijo, amor y bendiciones por haber recibido el mejor regalo de todos: JESÚS.


  







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